Cómo mejoré mi productividad abandonando Facebook

Cómo mejoré mi productividad abandonando Facebook

Mi productividad mejoró sustancialmente con sólo dos semanas de dejar de usar Facebook a todas horas. Te cuento cómo lo hice y qué obtuve a cambio.

Por si eres de los nuevos visitantes, quizás aún no sepas de mis experimentos con las Redes Sociales. Normalmente mi víctima es Facebook. Es la más usada y la peor utilizada junto con Linkedin, así que me resulta bastante fácil meterme con ella (sin acritud ¿eh, Zuckerberg?).

Esta vez el experimento se centró en hacer algo que vengo predicando mucho pero que casi nadie se anima a llevar acabo: pasar menos tiempo en Facebook y dedicárselo, por el contrario, a Linkedin. Y eso que yo ya le dedicaba tiempo a esta última…

El primer paso fue analizar mi comportamiento con Facebook. Desde hace tiempo me daba cuenta que estaba perjudicando a mi productividad. Sobre todo me conectaba desde el móvil debido a la cantidad de notificaciones que recibía. Ello es así porque tengo algo más de 500 contactos y la verdad que todos tienen cosas que decir. Cada vez que entraba me encontraba con más de 40 notificaciones y ello me llevaba a consultarlas para descartar que no había nada importante. Perdía de media unos 15 minutos entre leer y contestar las pocas que precisaban una respuesta.

De la misma manera que en su día, tras uno de esos cursos de productividad y gestión del tiempo a los que asistí,  decidí mirar el correo 3 veces al día y ya, pensé en someter al pobre Facebook al mismo sistema. Así que me puse manos a la obra e ideé el experimento. Me comprometí a entrar sólo desde el portátil o desde el navegador del móvil, lo cual reducía las posibilidades de entrar a dos: una por la mañana a primera hora y otra a última hora (coincidiendo con el tiempo de la cena delante de la tele). Cogí el móvil: configuración, administración de aplicaciones, detener datos, borrar. Esta fue la cronología de las consecuencias:

  1. Anuncio de mi abandono temporal de FacebookDe forma inmediata gané más de 60 megas de espacio y la velocidad de mi móvil mejoró sustancialmente
  2. Hice el anuncio de mi decisión la noche anterior. Cuando me conecté vía portátil para entrar en mi página me encontré con algunos mensajes conmovedores a consecuencia de mi abandono
  3. Al poder dedicar más tiempo a Linkedin (y yo ya estaba bastante por allí) mejoré aún más mi posicionamiento (un 19%, ahora estoy en el 9% y subiendo)
  4. Tuve 3 ofertas de trabajo, dos de ellas derivadas de mi actividad en Linkedin (que sí, que puede parecer poco, pero te recuerdo que yo sólo puedo trabajar apenas 20 horas a la semana de media, que tengo que conciliar, ya sabes, esa mentira tan grande que nos han contado a los padres…)
  5. Al no tener tantas notificaciones, optimicé mi rendimiento en el móvil. Me sentí menos presionada
  6. Mejoré el número de tareas completadas cada día, es decir, mi productividad
  7. Sentí menos necesidad de publicar en Facebook
  8. Sentí la urgente necesidad de reducir mi número de contactos en Facebook

En realidad este experimento partía de una hipótesis. Soy de la opinión de que pasamos mucho tiempo en Facebook haciendo “El Nota” (con todos mis respetos a tan maravillosa peli). Nos han dicho que tenemos que usar las Redes Sociales para trabajar la Marca Personal, para posicionarnos y que si no tenemos un Facebook los reclutadores no nos van a llamar ni para la primera entrevista porque no se van a fiar de alguien que no muestra una parte de su vida privada. Esto merma nuestra productividad y hace que desperdiciemos recursos (¡como si estos nos sobrasen!)

Mejora de la posición en Linkedin tras abandonar Facebook

Este experimento pretendía demostrar dos cosas. Primero que tu productividad mejora con diferencia y segundo que dedicar tiempo a las Redes Sociales que de verdad te posicionan en el mercado de trabajo, tiene sus frutos. Aquí lo tienes: a mis contactos les aparezco entre los primeros resultados de búsqueda. Y sin despeinarme. Seleccionando buen contenido en Feedly y usando Hootsuite para asegurar contenido diario. Luego entro cada vez que tengo un momento en Linkedin, participo de algún grupo, felicito cumpleaños, recomiendo hitos de mis contactos, leo el timeline… Combino con Twitter donde también dejo programado contenido, interacciono con los miembros de mis listas, pregunto, retuiteo añadiendo mi opinión… Todo el tiempo que antes dedicaba a Facebook ahora se lo añado a las plataformas que realmente te posicionan. Y el reclutador o cliente que quiera saber sobre la parte de mi vida privada que es pública que haga el favor de pasar por mi Instagram.

¿Qué va a pasar a partir de ahora y con estos datos? Lo primero reducir mis contactos en Facebook. Ha quedado demostrado que la gente que contacta conmigo es porque me ha visto en Linkedin, Twitter o en mi página de Facebook, o también porque ha leído mi blog. Nadie me ha contactado porque haya visto mi perfil de Facebook.  Ha quedado demostrado que soy más eficiente al dedicar los recursos a las cosas que realmente son importantes. Ha quedado demostrado que mis amigos me siguen apreciando por quién soy y cómo soy, no por la cantidad de cosas chulas, sesudas, frikis o outsiders que se me ocurran.

Así que, vistos los resultados voy a mantenerme en mi decisión y a dar un paso aún más allá: reducir mis contactos de 500 a 100 contactos. Ese será el siguiente experimento cuando acabe otro que tengo entre manos en este momento. Y sí, también va de hacer las cosas de forma diferente.

Espero que después de leer este post te animes a probar tú también. Te aseguro que los resultados te van a encantar y no, no te faltará el aire ni te sentirás morir. Garantizado.

 

Mapi Báez
Mapi Baez y punto. Enamorada de la vida, la familia, las amistades y de la gente con mi mismo desorden mental. Community Manager estrategiando en medios sociales. Proyecto tu negocio hacia tu cliente nicho con contenidos que generen complicidad y conversación, pues es a través de la confianza con la que se consigue cerrar las ventas. Hagamos que la gente se enamore de tu marca.
Share
This