Linkedin funciona si tienes las ideas claras, le dedicas tiempo de forma regular y eres constante a largo plazo.
Después de liarla con el anterior post sobre cómo me volví más productiva al eliminar la app de Facebook del móvil, comenzaron a llegar los comentarios sobre lo mucho que deseaba la gente tirarse a Linkedin de cabeza. Hace un par de semanas estuve en una Feria de Empleo en Santiago de Compostela dando un taller de Twitter y hubo un comentario que se repetía cada vez que empezábamos un taller: “es que me acabo de quedar sin trabajo y tengo que ponerme otra vez con el Linkedin y el Twitter…”.
“Ponerme otra vez con el Linkedin…”
Pues entre el post y los comentarios del taller, me queda claro que aquí el personal sigue sin entender la importancia de trabajarlo a diario. Debes tener en cuenta que esto es como ir al gimnasio. No basta con que te mates a ejercicios y de hambre 3 meses antes de ir a la playa. Esto es a largo plazo. Tanto cuando tengas trabajo como cuando no lo tengas, vas a tener que estar ahí, dedicándole tiempo. Y lo tienes. Ese tiempo inútil que dedicas a Facebook o a Whatsapp podrías invertirlo en Linkedin. Y tendrías resultados. Muy buenos resultados.
Internet está lleno de listas de pasos para optimizar perfiles de Linkedin, así que no voy a perder el tiempo hablando de lo mismo (ya lo hice en su día). La otra razón es porque todos los artículos adolecen de lo mismo: estrategia (hoy solvento el detalle de mi post anterior). Voy a ir directamente al grano. Pero acuérdate de optimizar el perfil antes de ejecutar tu estrategia.
Palabras clave de mi sector (acuérdate de incluirlas en tu descripción)
Las palabras clave son las que usaría un reclutador si buscase un candidato que hiciera lo que tú haces o las que usaría un posible cliente si necesitase lo que tú ofreces. Esas palabras clave debes colocarlas en tu descripción. La corta y la larga con el símbolo de la almohadilla delante.
Para elegir las palabras clave tienes que tener muy claro dónde con quién quieres trabajar. Es decir, si buscas trabajo como auxiliar administrativo ya sabemos que puedes hacerlo en una empresa agrícola y en un despacho financiero, pero tienes que seleccionar. Fijarte en un nicho concreto. Si ves que ese nicho tiene demasiada oferta para la demanda que hay, deberías plantearte cambiar de nicho. Es decir, si las ofertas de auxiliares administrativos son pocas en el sector de las finanzas para la cantidad de candidatos que hay, quizás te conviene especializarte en otro nicho. Tal vez alimentación, donde quizás las ofertas sean menores, pero los candidatos expertos en el tema serán menos (tendrás menos competencia). Puede que ello te exija prepararte específicamente para el tema, pero el esfuerzo merecerá la pena.
Seleccionar las empresas del sector en las que me gustaría o podría llegar a trabajar
Que sí, que soñamos. Ya lo sé. Pero tiene su lógica. Si yo sé que para trabajar en Inditex hay una lista de candidatos como de aquí al final del mundo, quizás debería fijarme en empresas más pequeñas. Seguro que ahí la gente no está prácticamente acampada en la entrada a la espera de la siguiente oportunidad. Puede que en el momento en el que estés investigando no tengan hueco, pero en el futuro lo tendrán. Es cuestión de paciencia.
Busca gente que trabaje en esas empresas e invítalas
Ahora que ya sabes dónde quieres trabajar (o con quién) echa un ojo a las personas que Linkedin te dice que trabajan ahí. Algunas pueden que ya sean contactos de tus contactos, eso allanará el camino. Invítalas pero acuérdate de cambiar la invitación que viene por defecto.
“Hola ¿qué tal? Mira, sé que no nos conocemos de nada. Estoy tratando de ampliar mi red de contactos. Será un placer compartir y ayudarte en lo que necesites. Gracias por tu atención”
Y por supuesto, cuando te hayan añadido, da las gracias y vuelve a reiterar tu disposición para ayudar. Ojo, no digas que estás buscando empleo. La gente si no tiene opción de ayudarte con una oferta de trabajo no aceptará tu invitación o, una vez que haya aceptado se sentirá incómodo porque le estarás dejando claro que su contacto sólo te interesa por su capacidad para darte trabajo. Es como cuando tratan de venderte algo a la fuerza, es incómodo. Tu objetivo es ese, pero hay que dar un rodeo.
Investiga su perfil
Léete su perfil de arriba abajo, apunta todo lo que te resulte interesante, busca en qué grupos están metidos, qué recomendaciones tienen (dan una idea de cómo trabajan y por ende, de a qué le dan importancia), qué publican, con qué frecuencia, con quién interactúa más (tendrás que apuntarlos para entrarles a ellos también y ganarte su confianza).
Esta parte es muy de detective privado. Necesitas saber todo lo que puedas para poder relacionarte con esa persona con éxito.
¿Está en otras redes?
Búscale en otras redes sociales (Twitter, Instagram…) observa qué comparte, qué temas le interesa, qué aficiones tiene… Seguimos en lo mismo. Necesitas información, necesitas saber cómo es esa persona, aprender qué es importante para ella.
Haz una lista con los temas que comparte en cada red social y busca fuentes que encajen con esos temas. A continuación añádelas a Feedly. Es mejor tenerlas en una aplicación de este tipo que copiar las direcciones en un Excel. Feedly te mostrará todas las publicaciones nuevas de cada fuente. Si usas un Excel, tendrás que ir a cada fuente a comprobar qué hay de nuevo.
Usa una herramienta de programación de publicaciones (Hootsuite, Buffer, Agora Pulse…) y programa en cada red social publicaciones correspondientes con los temas. Con ello ganas tiempo para que cada día sólo tengas que entrar en Linkedin y Twitter a conversar con la gente que te interesa.
Da a conocer tu buen hacer profesional
Valora la opción de dar a conocer tu faceta profesional a través de un blog personal, a través de fotografías en Instagram o a través de fotos y publicaciones en tu página de Facebook (ojo, perfil no: PÁGINA). Esto es importante porque será contenido propio que mostrará qué clase de profesional eres, qué ideas se te ocurren para solventar los problemas cotidianos, por qué te gusta tu trabajo… A un reclutador esto le da mucha más información que un simple currículum y, probablemente, será lo que te diferencie de la cantidad ingente de candidatos.
Dar cera, pulir cera
Entra todos los días en Linkedin. Puedes dedicar una hora seguida, dos horas, las que quieras o puedas. También puedes entrar en ratos muertos (como haces con Facebook). Entras 10 minutos, lees un par de cosas, compartes y listo. Vuelves a entrar y aceptas invitaciones, felicitas cumpleaños, deseas suerte por cambios de trabajo, compartes ofertas que cuelgan tus contactos. Y así varias veces al día.
La idea de todo esto es que andes en Linkedin todo el año, tengas o no trabajo. Lo que no puedes hacer es entrar “a full” cuando te quedas sin trabajo, a los tres meses dejarlo porque ya encontraste otro sitio y regresar a los seis meses porque venció tu contrato. En los seis meses que estuviste fuera la gente se olvidó de ti. De pronto vuelven a tener noticias tuyas y perciben claramente que “por el interés te quiero Andrés”. Es cierto que hay interés, pero ese interés tiene que estar vivo siempre, no cuando te interesa.
Estos serían los pasos que tendrías que dar para crear una estrategia enfocada a encontrar trabajo o a contactar con los clientes que buscas. Tener un perfil en Linkedin mega trabajado, con una descripción que impresiona y tropecientas recomendaciones no te servirá de nada si no te relacionas con la gente. Es muy importante que participes, que contestes cuando sepas la respuesta, que pongas en contacto a quien pregunta con la persona que podría darle una solución, no te cortes, sé un miembro activo y valioso para la comunidad. Esa será tu verdadera tarjeta de visita y no un CV calcado al del vecino con un perfil perfecto en la forma y vacío en el contenido.
Ponte manos a la obra y ya me contarás los resultados en unos meses.