Linkedin, cómo usarlo eficazmente no es complicado. Pero en España no lo usamos como toca. Perfiles en los que se cuelga el CV y nunca más se supo, grupos de conversación abandonados, spam en la bandeja de entrada… ¿Hay cura doctor?
Cada vez que entro en Linkedin, me siento con amigos, doy una charla o me tomo algo con colegas del sector, me llevo las manos a la cabeza sobre lo mal que lo hacemos en esta red social. Cierto es que se aprecia una ligera mejoría, como “brotes verdes”… pero a veces no tengo claro si estaré ante un espejismo fruto de mi optimismo.
Tu perfil de Linkedin debe contar una historia sobre tí, quién eres, qué puedes hacer por mí y por qué debería confiar en tí.
Le he dado vueltas una y otra vez para saber por qué ocurre así. Si quieres arreglar algo tienes que saber qué falla. Da igual que publiques listas con consejos, que montes cursos cobrando 100€ por asistir, que regales ebooks para tener un perfil brillante… Si el problema lo tenemos en la base, todo será inútil. Así que, querido/a lector/a, este artículo sobre Linkedin es el antiartículo sobre Linkedin.
Linkedin es una red social de origen anglosajón para hacer networking. Para empezar, en España no sabemos lo que es hacer networking más allá de entregar tarjetas de visita. Así que empezamos mal.
LA PRIMERA IMPRESIÓN ES LA QUE CUENTA
Como nos dijeron que servía para encontrar trabajo, rellenamos el perfil como si fuera un CV y pensamos: “ya está”. Bueno, pues no, no está. Una red social es un sitio donde se habla, se comunica. Yo suelo comparar a Twitter como el bar al que bajas después del trabajo y a Linkedin como un palacio de congresos.
Cuando tú estás en una convención no te presentas leyendo tu CV. Te presentas por tu nombre, cuentas (que no redactas) a que te dedicas y ya si eso presentas tu empresa o la empresa en la que trabajas. Bien, pues tu perfil en Linkedin es eso, el discurso que prepararías de cara a la convención. Cuando alguien visita tu perfil quiere saber más de ti. ¿Qué haces, a qué te dedicas, por qué haces lo que haces…? Para conocer a alguien no te lees su CV, escuchas (en este caso lees) su historia. Así debería ser tu perfil. Una historia sobre tu vida profesional. Que sí, que luego podemos (debemos) meter los hashtags y tal, pero enamora. Dame algo que haga que te recuerde.
Siguiente paso.
EL CONTACTO ES LA CLAVE
Como la tecnología está avanzadísima, el móvil nos pregunta si queremos sincronizar nuestra agenda para encontrar contactos en Linkedin. Habrá gente que se echará a temblar pensando que va a agregar a aquel jefe suyo tan borde o a aquel compañero tan plasta y dirá que no casi a voz en grito. Otros no leerán y aceptarán directamente (es el típico que tiene descargada la barra de ASK y su buscador por defecto). Tendrá como contactos a algunos de sus amigos, al jefe aquel, al compañero plasta, a algunos parientes… Resumiendo, unos por demasiado poco no tendrán contactos y otros por demasiado mucho tendrán contactos a cascoporro.
Bien, pues igual que en una convención, no te presentas a todo el mundo, aquí es lo mismo. Seleccionas, ya sea por intereses, por objetivos… La cuestión es que haya una razón para contactar. Una recomendación muy buena es añadir a la gente que vas conociendo en el ámbito profesional, ya sean compañeros, clientes, proveedores, contactos en un networking… Es muy importante que exista una conexión previa y debes hacerlo rápido para que no se olviden de ti y evitar así que rechacen tu solicitud.
Siguiente punto.
INTERACTÚA
Vamos a ver. “Red Social”. Social. Es decir, que socializas. O sea, que de vez en cuando (mejor a diario) entras y lees las últimas actualizaciones de tus contactos, las comentas, te metes en algún grupo, lees, participas de los debates… Te das a conocer como un miembro activo de la comunidad. La gente suele visitar el perfil de aquellos que comentan sus publicaciones. De esa manera te irá metiendo en su cabeza y la siguiente vez que precisen de aquello que tú puedes hacer, pensarán en ti y no en otra persona. Pero para eso tiene que pasar tiempo, tienes que ganarte la confianza de la gente, tienes que demostrar que sabes de lo que hablas… No es algo que funcione de una semana para la siguiente. Ten en cuenta que hablamos de relaciones humanas y estas necesitan tiempo para florecer. Así que paciencia. Sin embargo acuérdate de:
- Recomendar el trabajo de alguien (y ya que estas le solicitas una para ti)
- Seleccionar los grupos donde vas a participar en función de tus intereses, ya sea buscando trabajo o buscando clientes, y participar en ellos
- Añadir tus aptitudes y validar las aptitudes de los demás (pero sólo las que conozcas de verdad). Esto hará que la gente también valide las tuyas
- Publicar de vez en cuando en tu perfil y/o en los grupos noticias de tu sector o tus propias publicaciones
Bien, esto es lo mínimo que haría falta para empezar a usar Linkedin como toca. Como ves, no es tanto una cuestión de cantidad de datos que metas, sino de la calidad de las relaciones que seas capaz de crear y mantener. Ahí está la diferencia. Da igual todo el dinero que te gastes en crear un perfil linkediano de la hostia asistiendo a cursos de evangelizadores que si tu actitud en la red no cambia, no vas a tener resultados. Como digo siempre a mis clientes:
Las redes sociales no son una cuestión de tiempo sino de cambio de hábitos.
Así que analiza cuánto tiempo pasas al día mirando tu Facebook para reírte y si no merecería la pena dedicarle la mitad de ese tiempo a Linkedin una temporada a ver qué tal. ¿Qué?¿Hacemos la prueba?
Mapi Báez, tu Social Media Personal Trainer (y cada día la demás gente)
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